4 de mayo de 2013


LA PALABRA SE HA MARCHADO DEL PÚLPITO HOY

Vivimos en un tiempo en el cual (según muchos estudiosos de la Palabra) la sociedad  está permeando la iglesia con sus conceptos, formas y modas. Estamos dejando que nuestro estilo de vida (que debiera ser distinto al resto de la sociedad) sea sin diferencia apenas al de la sociedad en la que vivimos. Los pensamientos, los diálogos, las canciones, la forma de relacionarnos entre los hermanos, las predicaciones, la forma de vestir… en muchos casos son copias conceptuales de la sociedad.
¿Dónde está la diferencia?

Y es que estamos perdiendo de vista aquellas palabras que Dios exclamó y que tristemente poco retumban en los oídos de personas que se dicen “cristianos”.
“Habló Jehová a Moisés diciendo: habla a toda la congregación de Israel  y diles: santos seréis, porque Santo  soy yo Jehová vuestro Dios” (Lev 19:1-2)
Pareciera que esas palabras fueren solamente para el pueblo de Israel, que no son para nosotros hoy la  iglesia de Dios. Estamos tan orgullosos de llamarnos iglesia comprada con la sangre de Cristo, pero pareciera que no lo estamos tanto cuando se nos insta a ser santos como Él es Santo.
Pareciera que queremos las bendiciones por ser los hijos del Rey, pero no las obligaciones de ser sus hijos.  ¿Qué está pasando? ¿Dónde está la diferencia entre los hijos de Dios y la sociedad sin Dios?
¿De verdad creemos que podemos vivir a la manera que nos plazca y no pasar nada por ello?. Me asombran las personas que dicen ser regeneradas y viven de igual forma que cuando eran inconversas. Me asombran esas personas que dicen: “ JESÚS ES EL SEÑOR DE MI CORAZÓN"  pero su cuerpo pareciera ser de otro señor por su estilo de vida. Me asombran las personas que dicen que aman a Dios, pero se codean con el pecado todos los días y no lo remedian… eso sí, la frase preferida de ellos es: “No me juzgues, no podemos juzgar, tú no sabes lo que hay en mi corazón”
De nuevo pregunto con tristeza: ¿Qué está pasando?
La Palabra no está en muchos púlpitos hoy, esa es a la respuesta que llego. Hoy no se está predicando la Palabra de forma sistemática, ni expositiva, ni con poder en muchos púlpitos  Nos preguntamos ¿dónde están nuestros jóvenes?, yo respondo: – mira en la calle y los verás-
¿Por qué todo esto?, la respuesta es simple, falta poder en la predicación y enseñanza de la Palabra.  Oseas 4:6 el pueblo se destruye por falta de conocimiento.
Es hora de volver a la Palabra, es hora de estudiarla, es hora de amarla, de creerla y de enseñarla como es. Sin miedo a que se nos vayan de la iglesia personas porque se ofendan, yo digo: ¡si quieren marcharse que se marchen!, los verdaderos hijos e hijas de Dios se quedarán. Pero la iglesia debe ser lo que debe ser, un pueblo que ama, entiende, conoce e imita a su Dios. Un pueblo que marca la diferencia en la sociedad en la que vive. Un pueblo que contagia a sus jóvenes, unos jóvenes que no andan tras las modas, sino que marcan diferencia en el contexto en el que se mueven. Personas fuertes en la fe, en la Palabra de su Dios, fuertes en la santidad a Jehová.
Entonces la iglesia hará un efecto en la sociedad y la sociedad sabrá que hay iglesia en el mundo.

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